Tras comparar el genoma de los perros domésticos con el de los lobos,
de quienes es probable que se separaran evolutivamente hace unos 10.000
años en algún lugar de Asia, un equipo de investigadores de la
Universidad de Uppsala (Suecia) ha descubierto que la domesticación del perro fue posible gracias una evolución de su aparato digestivo que le permitió ingerir una dieta rica en almidón, más parecida a la de los seres humanos.
Además de la adaptación en el sistema digestivo, los científicos han hallado diferencias en genes que afectan al desarrollo del cerebro del perro, y que podrían explicar por qué el comportamiento de "el mejor amigo del hombre" es tan diferente del de sus parientes más cercanos, los lobos salvajes.
Además de la adaptación en el sistema digestivo, los científicos han hallado diferencias en genes que afectan al desarrollo del cerebro del perro, y que podrían explicar por qué el comportamiento de "el mejor amigo del hombre" es tan diferente del de sus parientes más cercanos, los lobos salvajes.